A ti que eres de las personas que no lo celebran. Tú que llevas por bandera el “yo amo todos los días”, “San Valentín es un invento del capitalismo”, “otra lacra del amor romántico”, “el amor no se demuestra con un ramo”, éste es tu artículo.
A ti, persona soltera, en pareja o en parejas, en trío, casada, en relación abierta, en monogamia, en poliamor, persona que quiere, que se quiere, que se ama y que ama. A las personas antisistema, las haters de las flores cutres, los bombones de licor amargo y los osos de peluche (todos los años con la misma cara rancia), bienvenidas.
Que estés enamorada, enamorade o enamorado, aquí nos da igual. Y cómo concibas el amor, todavía más. No te vamos a meter con calzador el sabidillo y obsoleto discurso que define el amor, el amor romántico, el de “fueron felices y comieron perdices” ¿quiénes? ¿cuántos? ¿y, solo perdices?
En una era en la que (por fin) la publicidad de la tele te anuncia un succionador de clítoris, lo de los pétalos en forma de corazón en la cama me da hasta grima. Qué hortera, qué casposo. En serio. ¿Os están anunciando juguetería sexual en la tele y un peluche con una bolsa de chucherías es lo mejor que se os ocurre? ¿Cena con velas? O sea, espabilad.
Y ni hablar de las personas duretas, las de la botella en mano, pasotas, las que promulgáis que a vosotras eso no os va, las San Solterín. Venga, va. Que no nos la coláis. Consumimos en las pre-rebajas, las rebajas y las pos-rebajas, en Nochebuena, Navidad, Nochevieja, y en el día de Reyes. En Halloween, el Black Friday, el Ciber Monday, los cumpleaños, los santos, y hasta en el Día del Libro te autorregalas, tú que ni siquiera eres de leer. Pero, por lo que sea, San Valentín nos produce urticaria.
Relax, que no solo vengo a leeros la papeleta. Yo os traigo soluciones, aquí somos un equipo. ¿Agotamiento por ser El Grinch del 14 de febrero? Os traigo la revolución.
Enseñémosles a esos hollywoodenses que hay muchas más formas de amar. No, señores, lo del amor no lo inventaron ustedes. Las personas rezagadas a las que nos sentasteis en el banquillo porque no queríamos su forma monógama y heteronormativa de relacionarnos, saltamos al campo, con pancartas y vítores ¡Ni flores, ni peluches, ni bombones!
Que podemos amar a más de una persona a la vez. O a la persona con la que no te acuestas. O acostarte con varias, queriendo solo a una. O amar únicamente a la que se refleja en el espejo. Que puedes encontrar al amor de tu vida en un bar, en el metro, pero también en Tinder. Más de 50 millones de usuarios hay en esa plataforma y vas y te enamoras de una. ¿En serio, eso no es romántico?
Y ni hablar de los regalitos. Regala tiempo, experiencia y vivencias. Regala cosas que contar. Que las flores se marchitan, los bombones se caducan y los peluches cogen polvo. Regala a esa persona que amas el autoplacer. Regalaos conocimiento sexual y sensual. Regalaos un orgasmo, coño.
Eh, tú, que dices que no tienes plan para la semana del amor porque pasas de San Valentín. O tú, que llevas media hora colocando petalitos en la cama y haciendo cisnes con las toallas (¿no ves que no te salen?). Que Sex Academy tiene unos talleres que con eso sí que vas a sorprender. Vente, aunque sea por las risas. BDSM, Shibari, masturbación, masaje erótico, sexo anal, punto G, squirt, esto sí que es original.
¿Quieres un San Valentín diferente? Pues ya sabes.
Que amar se ama viviendo. Toma romanticismo, aquí me marco un tanto.
Libérense de la tradición y, por favor, caigan en la tentación.
Amen.
Y ahora sí, Feliz San Valentín.
Escrito por: Sonia Agulló