Soy joven… ¿qué me importa la próstata?
Muchas personas no tienen información sobre qué es su próstata, ni para qué sirve… porque normalmente sólo se menciona esta palabra para hablar de los problemas de salud en edad avanzada. Pues bien, es importante conocerla ya que juega un papel relevante tanto en el disfrute sexual como en la salud general.
La próstata es una glándula especialmente importante en el cuerpo de las personas con pene. Está justo debajo de la vejiga, frente al recto. Esta glándula rodea parte de la uretra (el conducto urinario). La función de la próstata es fabricar un fluido llamado líquido prostático que forma parte del semen.
Además, también tiene su lugar en el placer sexual. A la altura de la próstata se encuentra lo que se conoce como punto P: esta zona, estimulada analmente, puede producir mucho placer ya que se trata de un área especialmente sensible.
Entonces, ¿qué debería preocuparme?
Lo más habitual es que la próstata crezca con el paso del tiempo. En edades jóvenes, suele tener un tamaño similar al de una avellana; a partir de los 40 años es probable que su talla se parezca más a la de un albaricoque y, pasados los 60, puede alcanzar las dimensiones de un limón.
Este crecimiento puede causar molestias o no, dependiendo de la persona. En la mayoría de los casos (más del 80% llegada la tercera edad), lo que se produce es una condición llamada hiperplasia prostática benigna. Como su propio nombre indica no es una enfermedad maligna, pero puede causar molestias: por ejemplo, tener ganas de orinar de repente o dificultades para hacer pis de seguido. Esto ocurre porque la próstata, al crecer, presiona la uretra. En los casos problemáticos existen tratamientos médicos específicos.
Si la próstata se inflama puede aparecer una infección llamada prostatitis. Es la afección prostática más común en edades por debajo de los 50 años. Sus síntomas se parecen a los de la hiperplasia, pero además pueden incluir fiebre y escalofríos o dificultades sexuales. Esta infección puede venir por el uso de catéteres (u otros elementos que se introduzcan por la uretra) o por algunas ITS como la clamidia. La prostatitis puede tratarse con antibióticos.
El problema más grave es el cáncer de próstata. Aunque no es uno de los tipos de cáncer más mortales, sí es de los más comunes. No se conoce su causa exacta, pero se puede tratar con terapia de radiación o cirugía.
¿Qué puedo hacer para mejorar mi salud prostática?
Como la próstata suele crecer de manera natural y no se sabe mucho de las causas del cáncer de próstata, es difícil prevenir. Precisamente por eso, lo más importante es la vigilancia y la detección temprana.
Siempre es recomendable mantener buenos hábitos de salud general como tener una dieta equilibrada, hacer ejercicio, no fumar, eliminar o reducir el consumo de alcohol y otras sustancias, beber agua y orinar de manera regular (evitando beber mucho antes de ir a dormir), y usar métodos de protección de ITS.
Los ejercicios de Kegel pueden ayudar a mantener el suelo pélvico en forma y resultan útiles para mejorar el control de la vejiga, especialmente antes y después de una intervención quirúrgica. Sin embargo, no sirven para reducir el tamaño de la próstata.
Ante cualquier molestia al orinar lo más conveniente es consultar en el centro de salud y, a partir de los 40-50 años (dependiendo de los antecedentes familiares), hacerse chequeos médicos. La idea de someterse a una exploración rectal causa rechazo en muchos casos, pero ¿no merece la pena pasar un examen médico para disfrutar de una mejor salud sexual?
Andrea Martínez
Psicóloga y Sexóloga